domingo, 30 de diciembre de 2018

Flowers in December


Ni estudiar ni pollas en vinagre. Joder, empezamos demasiado agresivos… pff así no convenceremos a las personas del futuro. Que sí, “que sí”. Una expresión a la que recurro mucho, y viene antes de cualquier autojustificación tonta.

Qué hago yo inspirada aquí, de qué he dicho que venía a hablar.

Sexo en Nueva York, Samantha Jones se depila el coño porque le habían salido canas. Dos capítulos me he visto. “Los Soprano”, el Sociópata-polla pequeña tenía una colección en casa, además también tenía un espejo medianamente grande, rectangular, con un marco dorado óxido que veías nada más entrar al salón. Ahí, justo en medio, una mesa llena de tabaco, maría y colillas, muchas colillas para dos pulmones; supongo que ahí tendrían lugar numerosas conferencias en las cuales se hablaría mucho y se haría poco; siempre pasa lo mismo con esta clase de seres ficticios.
Ellos y yo tenemos algo en común, seguimos ese patrón destinado al fracaso, se hace cómodo, agradable y triste; joder, si es que sabemos de sobra qué depara, no llego a entender por qué permanecemos. Somos terriblemente estúpidos jajajajaja. Se ha estandarizado la risa y no me parece bien, me parece genial, hay que acotar las emociones… que se nos escapan fácil.
Mente fría por favor, vamos a empezar un domingo una rutina que he leído en un post de un psicólogo de Instagram que los lunes no se puede, que tiene que ser hoy, y hoy, es domingo.

Que nadie espere que siga un hilo. Sé que durante una época enhebraba las agujas a mi abuela y me enseñó a coser no sé qué cosa… ¿tricotar? No recuerdo bien la palabra, el caso es que fui útil. Iba al colegio y era útil. Iba al colegio y memorizaba sin comprender. Iba al colegio y me gustaba gustarles a los chicos que tenían novia. Iba al colegio y no sabía masturbarme, pero lo seguía intentando, y aquí estoy ahora, en un ayuno sexual. Iba al colegio y dibujaba todos los bordes izquierdos de las hojas cuadriculadas, obsesionada con hacer gnomos y aldeas, cosas pequeñas y acogedoras. Antes todos los castigos eran post verborrea y ahora solo abro la boca para comer. Incluso respiro por la nariz nada más, es que en esta época del año no hacerlo de esta manera es un peligro inminente, NADIE QUIERE TENER ANGINAS.

domingo, 6 de marzo de 2016

“Mientras por competir con tu cabello…” Góngora


Mientras por competir con tu cabello

oro bruñido al sol relumbra en vano.

Mientras con menosprecio en medio del llano

mira tu blanca frente el lirio bello.



Mientras a cada labio, por cogerlo,

siguen más ojos que al clavel temprano.

Y mientras triunfa con desdén lozano

del luciente cristal tu gentil cuello.



Goza cuello, cabello, labio y frente

antes que lo que fue en tu edad dorada

oro, lirio, clavel, cristal luciente,



no solo en plata o víola troncada

se vuelva, mas tú y ello juntamente

en tierra, en humo, en polvo en sombra, en nada.



Este poema me ha transmitido menos sentimientos que los anteriores. Pero no por ello me ha gustado menos. Puedo sacar de él la profunda admiración que siente el enamorado por la dama, por como la describe cuidadosa y delicadamente, escogiendo las metáforas y comparaciones más exaltadoras y bonitas. En definitiva, creo que me ha gustado tanto porque me hace ver la expresividad que se puede experimentar a través de las palabras y el gran contraste de ambas sociedades: la de los siglos XVI y XVII y la del siglo XXI, donde queda poca gente capaz de plasmar sus sentimientos en un papel mediante palabras.

En el poema de Góngora aparecen los siguientes recursos literarios:

En primer lugar el epíteto, por versos como “mira tu blanca frente el lirio bello”, que, a parte de ser un epíteto por alabar al lirio, también es una personificación, ya que está diciendo que el lirio puede ver.

Aparece también una metáfora en el verso anterior “Mientras por competir por tu cabello oro bruñido al sol…”

En el segundo párrafo aparece otra personificación, aunque bien podría ser un epíteto, ya que a parte de describir el triunfo del cuello, también lo exalta con la palabra gentil, que a su vez es otra personificación.

Siguiendo con el párrafo posterior, aparece un asíndeton: “Goza cuello, cabello, labio y frente antes que lo que fue en tu edad dorada oro, lirio, clavel, cristal luciente…” A su vez es una metáfora, ya que está describiendo un cuerpo mediante objetos materiales. El autor lo hace para exaltar la belleza de la edad dorada de la dama, por lo tanto puede considerarse también la presencia de un epíteto.

El tema es, por el carácter descriptivo, Descriptio Puellae (descripción de la joven). El poema básicamente describe con recursos literarios a una joven, y por lo que parece deseada por el personaje que expresa sus sentimientos.

Luis de Góngora (Córdoba 1562 – 1627) nació en el seno de una familia acomodada y estudió en la universidad de Salamanca.

Entre 1612 y 1613 compuso los poemas extensos Soledades y la Fábula de Polifemo y Galatea, ambos de extraordinaria originalidad, tanto temática como formal. Las críticas llovieron sobre estas dos obras, en parte dirigidas contra las metáforas extremadamente recargadas, y a veces incluso «indecorosas» para el gusto de la época. En un rasgo típico del Barroco, pero que también suscitó polémica, Góngora rompió con todas las distinciones clásicas entre géneros lírico, épico e incluso satírico. Juan de Jáuregui compuso su Antídoto contra las Soledades y Quevedo lo atacó con su malicioso poema Quien quisiere ser culto en sólo un día... Sin embargo, Góngora se felicitaba de la incomprensión con que eran recibidos sus intrincados poemas extensos: «Honra me ha causado hacerme oscuro a los ignorantes, que ésa es la distinción de los hombres cultos».

El estilo gongorino es sin duda muy personal. Su lenguaje destaca por el uso reiterado del cultismo, sea del tipo léxico o de tipo sintáctico. Su fama fue enorme durante el Barroco, aunque su prestigio y el conocimiento de su obra decayeron luego hasta bien entrado el siglo XX, cuando la celebración del tercer centenario de su muerte (en 1927) congregó a los mejores poetas y literatos españoles de la época (conocidos desde entonces como la Generación del 27) y supuso su definitiva revalorización crítica.

Soneto III de Gutiérrez de Cetina


Entre armas, guerra, fuego, ira y furores
que al soberbio francés tienen opreso,
cuando el aire es más turbio y más espeso,
allí me aprieta el fiero ardor de amores.

Miro al cielo, los árboles, las flores,
y en ellos hallo mi dolor expreso;
que en el tiempo más frío y más avieso
nacen y reverdecen mis temores.

Digo llorando: "¡Oh dulce primavera!
¿Cuándo será que a mi esperanza vea,
verde, prestar al alma algún sosiego?"

Mas temo que mi fin mi suerte fiera

tan lejos de mi bien quiere que sea
entre guerra y furor, ira, armas, fuego.



Este soneto me transmite dolor, tal vez porque el enamorado ha tenido que separarse de su amada por la guerra, o tal vez la guerra, el fuego, la ira y los furores de los que habla se agrupan formando una lucha interna por amor. Quizá su amada no le corresponde, quizá el enamorado la ha perdido. Lo que está claro es la sensación que transmite: dolor. Lo he escogido porque creo que es uno de los textos más expresivos que he leído.

El tema es, sin duda, el tópico literario Ignis Amoris (El fuego del amor), ya que expresa su mal de amores de manera efusiva y utilizando palabras como guerra, fuego, ira, armas, etc.

En el soneto cabe destacar la presencia de un asíndeton, en el grupo de palabras “armas, guerra, fuego, ira y furores”. Y se vuelve a repetir al final del texto “guerra y furor, ira, armas, fuego.”

También aparecen personificaciones como “el fiero ardor de amores.” y “¿Cuándo será que a mi esperanza vea, verde, prestar al alma algún sosiego?”.

Aparece también un epíteto en el tercer párrafo: “¡Oh dulce primavera!”.

Gutierrez de Cetina (Sevilla 1520 – México 1557) fue una de las figuras más significativas del Renacimiento. Su lírica, inspirada esencialmente en Petrarca, se desarrolla en torno al refinado artificio del amor visto en su más típica abstracción. Las amadas a las que el poeta alude en sus obras amorosas son principalmente tres. Una va designada con el nombre de Amarilis; por ciertas alusiones geográficas que figuran en los pasajes en que habla de ella, se puede colegir que el poeta la conoció en España. Otra dama, que también debió conocer en España y a la que cortejó unos diez años, si hemos de creer sus palabras, aparece con el nombre de Dórida.

Pero el enigma más interesante es el de la tercera dama, que algunos estudiosos han creído identificar con la ilustre Laura Gonzaga. El uso constante de la palabra "lauro", que aparece a menudo y con diversos sentidos, y la certidumbre de que el poeta tuvo familiaridad con la bellísima mujer, ha inducido a algunos eruditos a formular esta hipótesis. A la tal dama estaría dedicado el celebérrimo madrigal que empieza con los versos "Ojos claros, serenos...", composición sobre la que se halla cimentada la popularidad del autor.
















Soneto XXIII de Garcilaso de la Vega


En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco enhiesto
el viento mueve, esparce y desordena;


coged de vuestra alegre Primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.



Marchitará la rosa el viento helado;
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.



He escogido este soneto porque la primera sensación que me transmitió al leerlo fue delicadeza y paz. Hace bellos momentos de la naturaleza, como el movimiento del cabello sobre el cuello debido al viento, o cómo una rosa se marchita por el viento helado del invierno.

El tema del poema hace referencia al tópico literario Locus Amoenus, aunque tiene un carácter amoroso, ya que relaciona la naturaleza con una amada y elogia su delicadeza mediante metáforas.

En el texto hacen presencia el Epíteto, ya que añade adjetivos para hacer más bellos los sustantivos como por ejemplo en el primer verso:  vuestro mirar ardiente, honesto. O como en el segundo verso: y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco enhiesto… Y como en el tercero: , antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre.


También aparece la personificación: alegre Primavera, tempestad serena, todo lo mudará la edad ligera…

Garcilaso de la Vega (Toledo, 1501 – Niza 1536) fue un poeta renacentista Español, perteneciente a una noble familia castellana. Muchas de sus composiciones reflejan su por la dama portuguesa Isabel Freyre, a quien el poeta conoció en la corte en 1526 y cuya muerte, en 1533, le afectó profundamente. Los 40 sonetos y las 3 églogas que escribió se mueven dentro del dilema entre la pasión y la razón que caracteriza la poesía petrarquista y en ellos el autor recurre, como el mismo Petrarca, al paisaje natural como correlato de sus sentimientos, mientras que las imágenes de que se sirve y el tipo de léxico empleado dejan traslucir la influencia de Ausias March.

Mientras por competir con tu cabello

De Góngora a Arctic Monkeys

Mientras por competir con tu cabello

Mientras  por competir  con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano.
Mientras con menosprecio en medio del llano
mira tu blanca frente el lilio bello.

Mientras a cada labio, por cogerlo,
siguen más ojos que al clavel temprano.
Y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello.

Goza cuello, cabello, labio y frente
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no solo en plata o víola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo en sombra, en nada.




 El poeta de este soneto del Cancionero de Góngora de consigue que nos hagamos una imagen de la joven que describe en este soneto y también a la vez como somos jóvenes nos transmite las ganas de gozar de la vida, de cada minuto.


Este soneto cuyo autor es Luis de Góngora se escribió el 1582. 
Luís de Góngora y Argote fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, el siglo XVII. Fue el máximo exponente de la corriente literaria conocida como culteranismo, cuya obra será limitada tanto en su siglo como en los siglos posteriores en Europa y América. Sus obras fueron objeto de exégesis como si se tratara de un clásico latino.

El tema de este soneto es la exaltación de la belleza femenina en el presente y la fugacidad de su duración.

El poeta en estos versos nos explica la admiración que siente por la deslumbrante belleza de una mujer y hace paralelismos entre partes de su cuerpo y la naturaleza creando una competición entre ambas ganando siempre la belleza femenina.
Finalmente, en los tercetos, Góngora nos revela lo efímera que es la belleza humana y como el paso del tiempo acaba convirtiéndola en nada.


Leer este poema me transite una sensación parecida a cuando escucho esta canción del grupo británico Arctic Monkeys, Love is  Laserquest, ya que en el principio de ésta habla de una chica joven que se siente vieja, de la que el chico está enamorado







Desmayarse, atreverse, estar furioso

De Lope de Vega a  Vetusta Morla
Desmayarse, atreverse, estar furioso

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.



Este soneto del Cancionero de Lope de Vega expresa claramente lo que es el amor y todas las sensaciones, sentimientos y pensamientos que nacen de una persona en este estado; algunos de estos son dañinos en uno mismo pero son incontrolables.
En el anterior comentario aparece una pequeña biografía de Lope de Vega.
El tema del poema es el sentimiento amoroso. También subyace la idea del engaño y del sufrimiento amoroso.
Encontramos un uso frecuente de asíndeton, la ausencia de nexos agiliza el ritmo de la composición. Todo el poema constituye una enumeración en la que se suceden los verbos en infinitivo: “desmayarse, huir, creer…, etc.”, así como se yuxtaponen los adjetivos de estado: “Estar furioso, áspero, liberal, esquivo…”. Lo metafórico y lo paradójico, muestran lo errado del pensamiento del amante que le llevan tras falsas ilusiones, o bien a negar la evidencia en contra de toda razón.

Este soneto me hace pensar en la canción Maldita Dulzura de Vetusta Morla, ya que la letra junto con la del soneto coinciden en la manera de ver el amor y coinciden en situaciones de la vida real.





Ir y quedarse, y con quedar partirse



De Lope de Vega a Tim Burton

Ir y quedarse, y con quedar partirse

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse

arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir pues resta sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.

 Lope de Vega (1562-1635)


Este  soneto del Cancionero de Lope de Vega me recuerda a cuando estás enamorado pero no eres del todo correspondido, o estas pasando por una mala época con esa persona especial, y aunque estás sufriendo sigues luchando sin arrepentirte del daño que a ti también te hace esa situación porque el amor hace no puedas dejar a esa persona ir o desaparecer de tu vida por completo.

Lope de Vega fue uno de los dramaturgos y poetas más importantes del Barroco. Se trata de un soneto publicado en 1634, se encuentra en el poemario titulado Rimas humanas. El poema se sitúa, pues, en la última etapa de Lope.
El tema del poema es el sentimiento amoroso y el mal de ausencia. También subyace la idea del engaño y del sufrimiento amoroso.
Encontramos uso reiterado de polisíndeton en los versos 1, 2, 4, 5, 7, 8, 11,12 y 14. El rasgo más relevante de la composición es la constante presencia de antítesis y oxímoron: se contraponen quedar/partir, temporal/eterno y cielo/infierno. Encontramos una referencia mitológica en los vs 3 y 4 del primer cuarteto. Lo metafórico y lo paradójico, muestran lo errado del pensamiento del amante que le llevan tras falsas ilusiones y celos, o bien a negar la evidencia.


Este soneto me recuerda a la película La Novia Cadáver de Tim Burton ya que el tema es muy parecido; es una película que me gusta mucho ya que tiene una magia especial y la autentica ausencia del autor.

 youtu.be/h5C15wwDB54