domingo, 6 de marzo de 2016

Quevedo, Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera 
sombra que me llevare el blanco día, 
y podrá desatar esta alma mía 
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no de esotra parte en la ribera 
dejará la memoria en donde ardía: 
nadar sabe mi llama la agua fría, 
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido, 
venas que humor a tanto fuego han dado, 
medulas, que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejarán, no su cuidado; 
serán cenizas, mas tendrán sentido; 
polvo serán, mas polvo enamorado.



   He elegido este poema porque me ha gustado el tema del amor después de la muerte como así su tópico literario, al igual que la complejidad con la que expresa este tema.

   En este poema podemos ver reflejado el tópico literario Amor post mortem que significa, amor más allá de la muerte y quiere decir que el amor es eterno y continua tras la muerte. En cuanto a sus figuras retóricas, podemos ver un epíteto en el segundo verso cuando dice "sombra que me llevare el blanco dia". También podemos encontrar una anáfora en el último verso ("polvo serán, mas povo enamorado) al igual que la última estrofa entera se trata de una metáfora.




   Biografía:

   Francisco de Quevedo nació en Madrid en 1580 y fue un escritor español del Siglo de Oro al igual que uno de los autores más destacados de la literatura española. Nació en una familia de hidalgos de la provincia de Vejorís. Pasó una infancia solitaria y triste. Estudió en el colegio de los jesuitas, y posteriormente en la universidad de Alcaláde Henares, donde adquirió su fama de poeta al igual que su rivalidad con Góngora. En 1620 fue condenado a la pena de destierro. En 1645 fallece y es enterrado  en el convento de los padres dominicos de Villanueva de los Infantes

    David Díaz-Albo Villalba